La periodista cordobesa que cubrió el Rally Dakar 2009 cuenta sus vivencias, sentimientos y anécdotas recordando aquél evento que marcó su carrera periodística.
María Eugenia Mastri, nació el 24 de febrero de 1985 en Las Varillas Córdoba, es periodista deportivo y trabaja en Mundo D, el suplemento deportivo y web del diario La Voz del Interior de Córdoba. Fue la encargada de cubrir la edición del Rally Dakar 2009 que se corrió en Argentina y Chile, el cuál fue todo un acontecimiento en su vida.
¿Qué fue para vos el hecho de cubrir el Rally Dakar, sabiendo que es un evento relacionado con los hombres?
Lo viví muy natural, a lo mejor si hubiera hecho dos meses que estaba trabajando y me mandaban a cubrir eso hubiese sido diferente, pero como que ya estaba desde hace un par de años metida en una cancha, rodeada de todos hombres, no tuve miedo a nada, digamos, no hubo problema con la cobertura del Dakar. Creo que es un estigma porque estamos en una sociedad machista, que una realidad. No noté de parte de los colegas, ni de pilotos, ni de nadie que estaba en el Dakar un rechazo por ser mujer. Quizás por ahí lo noté en sectores, yo leía mis notas en la web que tenían comentarios que atacaban al género, aunque si lo hubiese hecho un hombre la cobertura hubiese sido la misma.
Como era la primera vez que se corría el Dakar, no se buscaba cronómetros ni tiempos, se trató de contar que es todo ese mundo de dos mil personas dando vueltas. No noté rechazo ni de pilotos, ni de periodistas, estuvo muy bueno.
¿Cumpliste tus expectativas con el Rally Dakar?
El ritmo es súper vertiginoso, no te lo esperas así. En cuanto a expectativas pensé que iba a estar más en la ruta, que iba a ver más carreras, y no en moverme tanto de un campamento a otro. Un día viajas en helicóptero cubriendo desde el aire, otro la posibilidad de viajar en auto, todo especial para la prensa y un día para ver, y de ahí a menos que enganches otro día más no podes repetir.
Quizás lo negativo pero que tampoco lo considero así, fue no estar más en la carrera. El resto sobrepasó lo que pensaba, todas mis expectativas, es una cobertura que no te imaginas. No hay chance de imaginarte lo que te vas a encontrar ahí, porque así como es el día a día para los pilotos nuevos, también es para los periodistas e incluso para los organizadores también.
¿Qué sentiste cuando falleció el piloto francés Pascual Terry en la carrera?
Me chocó, una carrera así tiene un alto índice de muertos en todas sus ediciones. Después me di cuenta que me hacía más problemas que los mecánicos de él. Entonces cuando voy y les pregunto cómo lo tomaron al tema, me dijeron que así es la carrera. Me lo tomaba mal yo, que no lo conozco y ellos que corren con él no, saben a lo que vienen. Al final me chocaba más a mí que a ellos. Me estremeció, te pone mal es una muerte.
¿Una anécdota del Rally?
No sé, hay un montón. Por ahí nosotros admiramos a los países extranjeros y me pasó que yo armaba una carpa y los españoles, apoyados riendo, no me dieron una mano, me miraban, de allí que digo que los argentinos son más caballeros, pero hay muchas cosas que contar.
¿Se te cruzó volver a tu casa sabiendo lo difícil que es cubrir un evento así?
Los primeros días fueron duros, hicimos La Pampa, Puerto Madryn, Ingeniero Yacobazzi, Neuquén. Los tres primeros campamentos fueron durísimos, agua fría, viento por todos lados, ruidos, de todo. Yo creo que si todo seguía así, hubiese tenido una crisis. Después en el campamento de Neuquén, por lo menos teníamos más comodidades. El día de descanso, es el día que usas para pensar, relajarse y extrañar, pero nunca quise volver. Los argentinos lo sufrimos mucho pero cuando llegó el último día no quería que termine.
¿Fuiste con el objetivo de cubrir a los pilotos argentinos o a los ganadores del Rally?
El objetivo fue cubrir la vida, la experiencia, si bien la cobertura central era contar como vive un equipo, un piloto o un periodista, obviamente tenía que elevar un informe de los argentinos, o sea está ganando Sainz, o el que fuere, obviamente lo vas a contar, pero quién nos importaba a nosotros eran Mitti, Pozzo. Nos importaban los cordobeses, por sobre los argentinos, porque somos un diario de acá, siempre es la perspectiva, siempre a quien le vendo mi producto es a los cordobeses y de quién les cuento de los cordobeses.
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