jueves, 8 de julio de 2010

"Ganarse el respeto de los jugadores es difícil"

En un mano a mano exclusivo el ex árbitro Guillermo Pepe habló de sus inicios, su trayectoria en las diferentes ligas y torneos donde se desempeñó, sus sensaciones y su visión acerca del actual arbitraje.

Guillermo Horacio Pepe, tiene 55 años y nació en Sampacho, localidad ubicada al sur de la provincia de Córdoba. Realizó sus estudios iniciales en el Instituto Primario San Martín y sus estudios secundarios en el Instituto Pablo A. Pizzurno. A los 18 años se mudó a la ciudad de Córdoba Capital donde estudió las carreras de Geología y Turismo y Hotelería en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Hizo el curso de árbitro de fútbol y con una trayectoria de seis años, representó a la Unión Cordobesa de Árbitros de Fútbol (UCAF). Dirigió en ligas regionales y torneos amateurs de fútbol. Recibió el diploma y la medalla como mejor árbitro de la UCAF del año 89. Trabajó como empleado bancario hasta hace unos pocos años. Actualmente es Comerciante.

¿A qué edad realizaste el curso de árbitro de fútbol?
Lo hice en 1987, a los 32 años de edad.

¿Por qué elegiste dedicarte al arbitraje?
Lo elegí porque quería vivir el fútbol desde adentro, corrigiendo y tratando de hacer docencia fundamentalmente en el fútbol amateur. Fue la única forma para vincularme con el fútbol a mi edad. Me gustó mucho.

¿En qué año comenzaste a dirigir?
Primero lo hice como ayudante de campo, eso fue en el año 88 como juez de línea y después comencé como árbitro en el 89.

¿Cuál fue el primer partido que arbitraste?

Fue en reserva, el partido entre Barrio Loza y Canteras El Sauce en la Liga de Río Ceballos. No me acuerdo del partido, como era la primera vez tenía nervios porque el fútbol era algo que me gustaba y que había elegido. Quería tratar de hacerlo bien y así fue.

¿Qué categorías dirigiste?

En reserva y primera.

¿Cuáles son las ligas o torneos donde dirigiste?

Dirigí la Liga de Río Ceballos, la Liga Comercial de Deportes en Córdoba Capital, la Liga Regional de Punilla, la Liga Regional de Dean Funes, el Torneo de la Asociación Bancaria y otros torneos de menor importancia.

¿Tuviste la oportunidad de dar el salto hacia una liga o torneo más importante?
Sí, pero me limitaba la edad.

¿Cuántas horas entrenabas?

No eran más de dos horas y no todos los días, nos juntábamos a entrenar tres veces por semana, aunque se hacía difícil porque salía tarde de trabajar. Siempre trataba de estar bien físicamente.

¿En cuanto a estilos, Javier Castrilli o Pancho Lamolina?
Lamolina.

¿Por qué elegiste ese estilo de dirigir?
Porque es el estilo que me gusta, Pancho Lamolina antes y ahora Baldassi le dan al fútbol continuidad, no cortan tanto el juego. También era el estilo que debía usar donde dirigí, porque en los lugares donde me tocó actuar ese estilo intolerante y de mucho corte de juego de Castrilli no correspondía. Me gustaba el diálogo dentro de la cancha y comprendía a los jugadores que dirigía, yo tenía la misma pasión que ellos.

¿Dentro de la cancha, cuál es la mayor dificultad para un árbitro?
Ganarse el respeto de los jugadores es difícil. Se logra, si impartís justicia y te haces entender dentro de la cancha.

¿Explicabas tus fallos a los jugadores?
No durante el partido, allí trataba de ser claro, sí en el entretiempo o final.

¿Sufriste lesiones en tu carrera?
No, no tuve lesiones que me alejen de la cancha. Si tuve dolores o problemitas que no me comprometieron para dirigir, por suerte nunca falté.

¿Sufriste en algún partido hechos de violencia?
En varias oportunidades, por suerte nunca hechos de gravedad. A veces ocurren estas cosas. La verdad que al elegir ser árbitro hay que aguantar estas cosas, tales como amenazas, apretadas y pedradas. Es el folklore malo del fútbol, hay que asumirlo.

¿Sentiste miedo en alguna cancha?

No, miedo no sentí nunca. Como te dije es normal la violencia, aunque no tendría que ser así.

¿Te fuiste de algún estadio bajo custodia policial?
Sí, en todas las canchas están los policías y siempre te acompañan a la salida.

¿Sufriste algún intento de soborno?

No, nunca.

¿En la actualidad cómo ves al arbitraje argentino?

Regular, mediocre, se tendrían que educar más y mejores árbitros.

¿Cuál es tu opinión de la inserción de la tecnología en el fútbol?

Para algunas determinaciones puntuales podría usarse, siempre y cuando no interrumpan el juego. Por ejemplo, las agresiones sin pelota. Después lo relacionado a contingencias del juego siempre debe ser decisión de la terna arbitral.

¿Volverías a arbitrar?
Sí, siempre que puedo o me llaman para algún torneo lo hago.

¿Aprendiste en la cancha algo que pudiste utilizar en la vida?

Sí, aprendí a no juzgar a las personas por lo que parecen.

¿Te sentiste un árbitro reconocido?
Sí, es bueno saber o escuchar que los árbitros más experimentados felicitaban tu trabajo, como así también dirigentes que solicitaban tu designación para determinados partidos. Eso significa reconocimiento.

¿Una anécdota en un partido?
Tengo muchas anécdotas, una en una cancha de El Manzano. Era juez de línea de primera, ahí el público se sentaba en sillas al lado de la cancha, a un metro de la línea de cal, y casi todas las mujeres tenían en la mano una vara de mimbre o sauce. Te imaginas como me quedaron las piernas.

¿Cuál fue la frase que más escuchó en una cancha?

Frase no, lo que más escuche fue la palabra gol. 

¿Por qué dejaste de dirigir?
Por cuestiones familiares, se hace duro perderse el sábado o el domingo con la familia. La familia tira.

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